Don Pedro, hombre muy reconocido en el pueblo por ser el único vendedor de celulares en tan pequeño lugar y teniendo mucho éxito en sus ventas. Aparentemente era un día normal para él, pero no era asi, a pesar de que apenas estaba despertando de su sueño y al lado se encontraba su esposa quien lo apoyaba en cualquier circunstancia de la vida. Sería un día de esos en los que uno hubiera querido no levantarse nunca.
Todo empezó cuando iba a caminar desde su cama hasta el baño; cuando se levantó, no sabía que su perro había entrado hasta su cuarto y había hecho del cuerpo en su piso de cerámica. Cuando dio unos cuatro pasos aproximadamente pisó con su pie izquierdo una masa putrefacta y de mal olor; pertenecía al perro. En realidad, no lo podía creer.
Salió de su casa, y en frente de esta, había una piedra de un tamaño medio, la cual agarró en su mano y entró nuevamente a la casa, puesto que tenía rabia contra su perro, empezó a buscarlo, de pronto, mientras lo llamaba por su nombre, el perro ladró y allí fue cuando Don Pedro lanzó la piedra contra el indefenso animal. La piedra sacudió la cabeza de dicho animal, el cual quedó viendo estrellas en el mismo instante. La esposa del vendedor se quedó atónita y grito NOOOOO, diciendo que el pobre perro no tenía la culpa de su desgracia. Don Pedro, se cambió y abriendo el garaje se marchó hacia su trabajo. Llegando a su trabajo, se encontró con que el local en donde él trabajaba, había sido chocado por un carro. Que susto más grande, al parecer solo el local se había destruido porque la mercancía se salvó. Se devolvió otra vez para su casa un poco aburrido, y su esposa lo esperaba en casa con cafecito y muy feliz, porque se acababan de ganar la lotería, cosa que hizo que Don Pedro cayera en cuenta de que a pesar de todo, las cosas siempre traerán algo bueno al final de todo lo malo.
DANNY VALENCIA
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